INFORME FINAL
MISION DE OBSERVACION Y ACOMPAÑAMIENTO
ELECTORAL INDIGENA
Elecciones Generales Bolivia, 18 de
octubre de 2020
“Artículo 8.
I. El Estado asume y promueve como principios
ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas
flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko
(vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj
ñan (camino o vida noble)”[1]
DATOS GENERALES
La Misión de Observación
y Acompañamiento Electoral Indígena permanece en Bolivia entre los días 15 al
22 de octubre de 2020.
La misma,
acreditada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), ha estado integrada por
siete (7) personas, representantes a su vez de diferentes organizaciones
sociales, políticas y de comunicación indígenas de países como Guatemala,
Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil y País Vasco.
Esta Misión
desarrolló su labor de veeduría internacional en la capital administrativa, La
Paz, con carácter previo y posterior a la jornada electoral propiamente dicha,
la correspondiente al domingo día 18 de octubre de 2020.
Durante esta
última fecha la delegación recorrió parte de los Departamentos de La Paz,
Cochabamba y Santa Cruz, visitando más de una veintena de recintos electorales
en quince (15) poblaciones, tanto rurales como urbanas. Igualmente, se
visitaron los centros de cómputos en los Tribunales Departamentales de los tres
territorios señalados, más el Tribunal Supremo Electoral.
CONSIDERACIONES GENERALES
“Artículo 1
Los indígenas tienen derecho, como pueblos o como
individuos, al disfrute pleno de todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales reconocidas en la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración
Universal de Derechos Humanos y las normas internacionales de derechos humanos.
Artículo 2
Los pueblos y los individuos indígenas son libres e
iguales a todos los demás pueblos y personas y tienen derecho a no ser objeto
de ningún tipo de discriminación en el ejercicio de sus derechos, en particular
la fundada en su origen o identidad indígenas”.
Los párrafos
anteriores corresponden a la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas, aprobada por la Asamblea General de este organismo
internacional con fecha 13 de septiembre de 2007. Esta declaración se unía en
ese momento al Convenio nº 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales, aprobado por
la Organización Internacional del Trabajo en 1989. Desde entonces, junto con
otros convenios, declaraciones y pactos internacionales, se constituyen como
los principales instrumentos internacionales de derechos humanos que deben
regir la vida de los pueblos indígenas en el plano nacional e internacional.
Bolivia apoyó con su voto la Declaración de Naciones Unidas e, igualmente,
tiene ratificado el Convenio 169 de la OIT.
Para el caso que
nos ocupa, junto con la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia, aprobada en 2009, estos instrumentos de derechos humanos han estado
presentes en el trabajo, objetivos y acciones de esta Misión de Observación y
Acompañamiento Electoral Indígena.
“Artículo 1.
Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de
Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático,
intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la
pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y
lingüístico, dentro del proceso integrador del país.
(…)
Artículo 26.
I. Todas las ciudadanas y los ciudadanos tienen
derecho a participar libremente en la formación, ejercicio y control del poder
político, directamente o por medio de sus representantes, y de manera
individual o colectiva. La participación será equitativa y en igualdad de
condiciones entre hombres y mujeres”.
PREAMBULO
Mediante este
Informe Final nos dirigimos, en primer lugar al Tribunal Supremo Electoral como
autoridad máxima del Estado Plurinacional de Bolivia para esta materia. Nos
dirigimos igualmente a las instancias gubernamentales y fuerzas políticas que han
tomado parte en este proceso electoral.
Sin embargo,
como Misión Indígena queremos subrayar que, de forma especial, orientamos este
documento a los pueblos y organizaciones indígenas originarias campesinas y de
mujeres de Bolivia. Para nosotras y nosotros auténticos y verdaderos
protagonistas de la jornada y del proceso amplio que la misma ha supuesto para
la recuperación de la democracia. Por ello, vaya a ellos y ellas nuestro
reconocimiento y sentimiento de hermandad.
Hablamos como
Misión de Observación y Acompañamiento Electoral Indígena que ha caminado en
estos días por las tierras del Estado Plurinacional de Bolivia. En este caminar
hemos conversado, hemos escuchado, hemos reflexionado y hemos intercambiado con
las mujeres y hombres de este país. Ellos y ellas nos han mostrado la
diversidad aquí existente desde tiempos inmemoriales, la cual, sin duda alguna,
para nosotras y nosotros es riqueza de conocimientos y sabidurías, que se
vienen desde la historia antigua de nuestros pueblos. Es fuente de aprendizajes
y con humildad señalamos que, si bien nuestra labor radicaba en la supervisión
electoral, estos días han fortalecido nuestro propio caminar como pueblos de la
mano de quienes en este estado plurinacional protagonizan día a día la
construcción y la vida del mismo. Reivindicamos así nuestra identidad como
pueblos y como clases populares y la mutua solidaridad en este continente que
es Abya Yala, nuestra América.
Subrayamos que
esta es la primera ocasión en que se conforma una Misión de Observación
Electoral Indígena en el marco de Bolivia e internacional en general.
Aunque hemos
sabido de participaciones de representantes de pueblos y organizaciones en
anteriores ocasiones, éstas han sido siempre en el ámbito de misiones mixtas
más amplias. Por ello, destacamos al paso que esta veeduría indígena,
respaldada por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los
Pueblos Indígenas (CLACPI), supone en cuanto al reconocimiento y participación
política protagónica de los pueblos indígenas en el marco de procesos
electorales. Esperamos y deseamos que siendo la primera, no sea la última, sino
que se entienda como un ejemplo a proseguir en procesos venideros por otros
representantes de pueblos y organizaciones indígenas.
Mostramos
nuestro convencimiento respecto a la necesidad de que nuestros pueblos se hagan
presentes en todos los espacios de la vida política, social, económica y
cultural del continente y el campo de las misiones electorales es uno de los
hasta la fecha no abordados por nuestras organizaciones o pueblos. Si en los
procesos electorales, aquellos que tienen que ver en el actual sistema con la
democracia representativa se juega el presente y futuro también de los pueblos
indigenas, además de la participación activa en los mismos, también debemos
realizar las funciones de acompañamiento y observación a fin de que los mismos
se impregnen de nuestras visiones, derechos y demandas.
Esta Misión ha
sido conformada por mujeres y hombres de América Latina y Europa,, provenientes
de lo que podemos denominar como naciones sin estado, llegados de diferentes
territorios de Guatemala, Panamá, Venezuela, Colombia, Brasil y País Vasco
(estado español). Hombres y mujeres, Guna-Tule, Maya-Kich’e, Nasa, Wayuu,
Vasco, Afro y mestizo. Hombres y mujeres que llegamos a Bolivia con el
compromiso por efectuar la veeduría propiamente dicha, pero también con el
objetivo de empaparnos de la vida de los treinta y seis pueblos de este Estado
Plurinacional.
CONSIDERACIONES SOBRE LA MISIÓN
Este Informe
Final no pretende reducirse únicamente a lo acontecido el domingo, día 18 de
octubre, día de las elecciones. Desde nuestro entendimiento, todo proceso
electoral debe alcanzar un sentido amplio, integral, lo que obligó a esta
Misión a realizar algunas consideraciones respecto a los días previos al
electoral y los inmediatamente posteriores.
Igualmente,
nuestra visión de la democracia, de acuerdo con nuestras cosmovisiones como
pueblos indígenas y originarios, no queda reducida al ejercicio estricto del
voto. Esto supone, sin entrar ahora en otras consideraciones, que consideramos
que la democracia no puede quedar limitada por aquello que en política se
entiende como el ejercicio de la democracia representativa, propia de los
sistemas liberales. Tal y como reconoce la constitución del Estado
Plurinacional de Bolivia y nuestras concepciones primigenias, esa democracia
representativa siempre debe ser complementada con otros dos modelos, tales como
la democracia directa (referéndums, consultas, etc.) y la democracia
comunitaria, propia de nuestros pueblos en la que la reflexión y la búsqueda
del consenso en la comunidad son elementos caracterizadores fundamentales.
Teniendo muy
presente lo señalado en el párrafo anterior, nuestro objetivo como Misión de
Observación Internacional residía en la veeduría, lo más amplia posible, de ese
ejercicio democrático. A través del mismo el pueblo de Bolivia, los pueblos de
Bolivia para ser más exactos, las mujeres y hombres de este país, se
pronunciaron sobre el presente y futuro que quieren en cuanto a quien/es deben
de conducir las principales estructuras del Estado Plurinacional. Y ello
siempre bajo la observación que encarna el control social que es reconocido
como pilar del estado y de la sociedad en la propia constitución. En el marco
de la democracia representativa esto supone trasladar ese encargo, esa
responsabilidad de representación, a las personas que formarán parte de la
futura Asamblea Legislativa Plurinacional y del futuro gobierno, configurado en
este caso en la elección del denominado binomio presidencial (candidato a
presidente y a vicepresidente).
Una primera
consideración en relación a las candidaturas de binomio presidencial
presentadas es que, pese a los importantes avances legislativos, sociales y políticos
habidos en los últimos años con respecto a los derechos y participación activa
de las mujeres, no había esa presencia de mujeres en las principales
candidaturas. Abordaremos esta circunstancia más adelante.
LOS DIAS PREVIOS
En la búsqueda
por desarrollar pretensiones y objetivos de este acompañamiento y observación
internacional, y desde la consciencia de la estrechez dada por el tiempo
disponible, desde días antes se mantuvieron múltiples reuniones en las ciudades
de La Paz y El Alto que, de alguna forma nos permitieron pulsar, sentir,
reflexionar sobre aquello que llenaban los corazones y cabezas de las personas
de Bolivia.
Pudimos
reunirnos con miembros del Tribunal Supremo Electoral, incluido su presidente,
a quienes aprovechamos este espacio para hacer llegar nuestro agradecimiento
por su receptividad y por la acreditación a la Misión. Sabemos que esto supone
una apuesta por estas nuevas formas y características que una Misión Indígena
introduce en este campo y que más arriba hemos apuntado. Con fecha del martes,
día 20 de octubre, dos días después de las elecciones y en el plazo establecido
de 48 horas pudimos hacer entrega al TSE del Informe Preliminar de la Misión,
que ahora se ve completado con el presente Informe Final.
Pudimos estar
también con la Defensora del Pueblo y su equipo, teniendo además la oportunidad
de departir en esa ocasión con representantes de Defensorías de la República de
Argentina. Tuvimos toda la disposición y apoyo de la Defensoría del Pueblo
tanto para brindarnos impresiones sobre el proceso como para poder acompañarnos
y trabajar en los días sucesivos, bien fuera en La Paz o en los territorios
visitados. Desde aquí nuestro agradecimiento.
Pudimos, en la
ciudad de El Alto, compartir unas horas con familiares de detenidos, heridos y
muertos en la denominada Masacre de Senkata de hace casi un año. El día 19 de
noviembre, ante las protestas sociales por la asunción al gobierno por parte de
Jeanine Añez como presidenta del mismo, fuerzas policiales y militares intervinieron
contra la población de El Alto con un resultado de 11 personas muertas y, al
menos, otras 78 heridas. Compartimos dolor y pena por esos hechos que nunca
respetaron el derecho legítimo a la protesta social, ni aquel más importante
aún que es el derecho a la vida. Supimos de forma directa de otras violaciones
a los derechos de detenidos/as y heridos/as que, en muchos casos sufrieron
torturas y vejaciones, así como de la imposibilidad de estas personas por tener
acceso a procesos judiciales con garantías. Mostramos aquí y ahora, en este
Informe Final, que nos sumamos a las demandas de justicia por la que estas
personas mantienen su lucha firme. Mismas demandas que aquellas otras que
tienen que ver con la denominada Masacre de Sacaba, realizada el día 15 del
mismo mes de noviembre, en las cercanías de la ciudad de Cochabamba, con un
resultado de 11 muertes y más de 120 heridos, igualmente a manos de fuerzas
policiales y militares bajo las órdenes, en ambos casos, del Ministerio de
Gobierno, dirigido por el Sr. Arturo Murillo. Nos reafirmamos en la creencia de
que no se pueden construir estados democráticos con injusticas y violaciones a
los derechos individuales y colectivos de la población, de aquellos y aquellas
que son las verdaderas detentadoras de esos derechos.
Así mismo,
recogemos en este Informe Final tres hechos más que nos parecen definen en gran
medida esos días previos a la jornada electoral y que, de alguna forma, son
espejo de la tensión contenida.
Las misiones
internacionales fueron recibidas, el día 15 de octubre, con amenazas de parte
del Ministro de Gobierno Arturo Murillo, quién escribió en su cuenta twitter de
forma muy explícita: “Nuestras elecciones
serán una fiesta democrática, mientras más observadores hayan, mejor para
todos. Advertimos a los agitadores y gente que busca generar violencia, no son
bienvenidos. Los ponemos en un avión o entre rejas. Compórtense, sabemos
quiénes son y dónde están”. La amenaza posiblemente pudo estar dirigida
hacia alguna misión de observación específica, pero su carácter indiscriminado
puso en alerta a todas las observadoras y observadores en misión en el país,
incluyendo algunos medios de comunicación extranjeros que también se sintieron
aludidos, tal y como se expresó en diferentes redes sociales.
En posiblemente
relación directa con esa “amenaza”, los días 16 y 17 de octubre, se produjeron
otros incidentes preocupantes. El Departamento de Migración boliviano compartió
informaciones privadas y fotografías de diferentes observadores con un periodista
español de ultraderecha. Éste, pronto dio inicio a una campaña en una parte de
la prensa española y boliviana a fin de incitar acciones en contra de dichos
observadores cuestionando sus razones y capacidades para desarrollar esta
labor, reconocidos por el Tribunal Supremo Electoral.
Por último, el
viernes, día 16 de octubre, en el mismo aeropuerto de la ciudad de El Alto la
policía, al parecer siguiendo “órdenes superiores” intentó detener al diputado
argentino Federico Fagioli, que llegaba al país en calidad también de
observador internacional, invitado por la presidenta de la Asamblea Legislativa
Plurinacional. Solo las grabaciones en video de los forcejeos con la policía y
la intervención del propio presidente argentino, Alberto Fernández, permitieron
que Fagioli fuera dejado en libertad.
RECORRIDO DE LA MISIÓN
Esta Misión de
Acompañamiento y Observación Electoral Indígena quiso en todo momento hacer la
mayor cobertura posible durante el día electoral. Teníamos especial interés no
solo en los medios urbanos, sino también en el medio rural, donde se concentra
mayoritariamente la población indígena originaria y campesina de Bolivia.
Con ese objetivo
y necesidad definimos un recorrido en tres amplias áreas:
1.- Altiplano.- Partiendo
del propio Lago Titicaca, espacio fundamental en la cosmovisión andina
altiplánica, se recorrieron diferentes recintos electorales en las comunidades
de Huarina, Batallas y Laja, llegando hasta las ciudades de El Alto y La Paz.
2.- Valles.- Un segundo
grupo se pudo desplazar al departamento de Cochabamba, haciéndose presente en
recintos de Challa Lacayo, Challa Grande, Kjarkas y la propia ciudad capital de
este departamento.
3.- Tierras bajas.- En el
departamento de Sta. Cruz se pudo hacer presencia y observación en recintos de
localidades como Yapacani, Buena Vista y Montero. Así mismo los municipios de
La Guardia y Cotoca. Por último, en diferentes barriadas de la propia ciudad de
Sta. Cruz.
Señalar, una vez
más, que además de la veeduría en los recintos electorales en los tres
territorios se pudo hacer presencia, en las últimas horas del día, en los
Tribunales Departamentales correspondientes para hacer observación sobre el
proceso de llegada de actas y maletas electorales. Asistiéndose así también a
los primeros compases del cómputo electoral.
Hacemos mención
en este apartado sobre el recorrido de esta Misión a la ausencia constatada de
otras misiones de observación tanto nacional como internacional en las
comunidades a las que pudimos llegar, no así en las ciudades visitadas. Nos
parece oportuno y necesario señalar esta circunstancia pues resulta muy difícil
pulsar un país en una jornada electoral cuando no se acude a aquellos
territorios en los que más necesaria puede ser la presencia internacional.
Aquellas comunidades que sienten en primera línea el alejamiento y cierto
abandono del hecho democrático que se plasmó en esos días; allí es donde
creemos que debe de estar también la veeduría internacional para poder hacer
una más efectiva evaluación del cumplimiento de las medidas que rigen este tipo
de jornadas.
CONSIDERACIONES EN LOS TERRITORIOS
1.- Constamos en
primer lugar la absoluta tranquilidad y el desarrollo de la jornada electoral
en total calma y distensión.
En ninguno de los recintos visitados pudimos observar ningún incidente o
altercado. No asistimos en momento alguno a hechos de posible tensión social o
política que pudiéramos reseñar en este informe. Por el contrario, hacemos
constar la alta responsabilidad comunitaria demostrada en la seriedad y
formalidad con la que vimos se asumían las tareas de notaría y jurados
electorales. No obstante en las ciudades fuimos informados de algunos hechos de
provocación a la violencia como, por ejemplo, cuando el candidado Hector Arce Catacora
ejercia su derecho al voto en un recinto ubicado en el barrio de Miraflores de
la ciudad de La Paz por grupos contrarios a su sigla politica.
2.- Somos
testigos como Misión de Observación de la amplia
participación de la población. En diferentes recintos electorales
constatamos que incluso antes de las 8:00 de la mañana, momento de apertura de
las urnas o ánforas electorales, ya había colas de ciudadanos y ciudadanas para
poder ejercer su derecho al voto. Posteriormente los datos así lo avalan, pues se
ha cifrado el índice de participación por encima del 87% del total de votantes
posibles.
3.- Especial
atención nos parece que tiene el hecho de la amplia participación de personas mayores, especialmente en las
primeras horas de ese día. Como pueblos indígenas siempre hemos considerado que
en nuestros mayores y mayoras reside una gran parte de la sabiduría de nuestros
ancestros y, por lo tanto, de nuestros pueblos. Por ello, nos causa especial
alegría constatar esta alta participación y determinación clara de las y los
mayores, quienes siguen siendo uno de nuestros referentes éticos y de
conocimiento más importantes, también en el campo político. También mostramos
satisfacción por haber constatado una estrecha relación intergeneracional al
ver como en muchos casos eran personas jóvenes quienes acompañaban a sus
mayores para facilitarles la tarea y esfuerzo que les suponía acercarse a los
recintos electorales y poder ejercer su derecho al voto.
4.- Bioseguridad.
Por causa de la pandemia del coronavirus que golpea a todo el planeta,
posiblemente en parte resultado de nuestro alejamiento de los dictámenes de la
Madre Tierra, había definidas toda una amplia serie de medidas de bioseguridad
para la celebración de las elecciones con la mayor seguridad sanitaria posible.
Aquí nuestra observación tiene claros y oscuros. Podríamos decir que en el
altiplano y valles hubo un respeto más o menos generalizado a estas medidas
(distancia de seguridad, uso del barbijo, geles). Sin embargo, en las tierras
bajas, hubo un relajamiento casi absoluto y no se respetaban dichas medidas.
Ciñéndonos siempre a aquellos recintos observados por esta Misión.
5.- Trabajo comunitario. Damos nuevamente fe de que los pueblos indígenas originarios y
campesinos son sujetos políticos con una amplia cultura participativa y
democrática, practicada en las propias comunidades desde tiempos pasados. Para
nuestros pueblos, en gran medida, la democracia es comunitaria o no es tal,
pero el trabajo colectivo también es parte de la misma. Somos conscientes, y
así lo subrayamos, del aporte de mujeres y hombres, de ancianos y de la
juventud de todas las comunidades para poder preparar y prepararse, así como
para llevar adelante la jornada electoral.
Incluso en
muchas comunidades encontramos que las mismas se habían reunido con antelación
para reflexionar colectivamente sobre esta jornada. Esta es una cuestión que
normalmente el sistema de democracia liberal no reconoce y en múltiples
ocasiones desprecia, pero nosotros y nosotras constatamos su vital importancia
para la vida de nuestros pueblos y así queremos dejarlo reflejado en este
Informe Final. Reiteramos una vez más que no puede considerarse la democracia
liberal-representativa como la única con validez para organizar la vida
política de nuestras sociedades y pueblos. Si queremos avanzar en la
construcción de verdaderos estados plurinacionales, los otros modelos de
democracia, directa y comunitaria, deben estar también en el eje central de
nuestros sistemas.
En apoyo de esta
realidad cultural y política señalamos una circunstancia que nos parece
altamente significativa y, por lo tanto, instamos a retener en la historia de
estos procesos en las comunidades indígenas originarias campesinas. La
Organización de Estados Americanos (OEA) basó en gran medida sus sospechas de
fraude en las elecciones de octubre de 2019 en el hecho de que en trece (13)
poblaciones los índices de votación a favor de uno de los contendientes estaban
en niveles del 85, 90 e incluso 95%. Pues bien, un cotejo de esos resultados con
los datos en esta última jornada del 18 de octubre de 2020 en esas mismas
comunidades, señalan índices de votación hacia la misma fuerza política incluso
mayores de los datos de hace un año. En esta ocasión la OEA no ha expresado
ninguna duda sobre un posible fraude en estos casos.
6.- Si señalamos
antes la importancia del trabajo comunitario también en este tipo de jornadas,
subrayamos ahora que la participación de las mujeres se hace
imprescindible para llevarlas adelante y para poder afirmar posteriormente que
las mismas fueron un ejercicio real de democracia y participación. Sin embargo,
un sistema verdaderamente democrático no puede quedarse en la simple búsqueda
de la presencia de las mujeres, sino que debe empujar por la participación
activa. Hemos constatado así dicha participación en toda la estructura de la
logística y organización de la jornada del 18 de octubre. Mujeres jurados y
notarios electorales, delegadas de partidos, otras realizando cobertura
informativa para los medios de comunicación, muchas en el desempeño del cómputo
de las actas de votación. Y por lo que hemos podido saber la implementación de
“listas cremallera” en las candidaturas a la Asamblea Legislativa
Plurinacional, nos aseguran que Bolivia seguirá siendo unos de los países del
continente con mayor participación de las mujeres en estas instituciones. De
hecho, los resultados electorales arrojan una presencia de mujeres en la
Asamblea Legislativa Plurinacional superior al 50%. Sin embargo, lo hemos
apuntado antes, un elemento a tener en cuenta para futuros procesos es la total
ausencia de mujeres en los posibles binomios presidenciales. Recomendamos como
Misión de Observación que esto se tenga en presente y se traslade a las
diferentes fuerzas políticas.
7.- Control social comunitario. Por último, queremos hacer mención al importante control ciudadano
ejercido, especialmente en las comunidades rurales. En los inmediatos días
anteriores a la jornada electoral surgieron dudas y declaraciones
gubernamentales contradictorias sobre la posibilidad, así reconocida por la
legislación electoral, para que los cómputos en las mesas fueran públicos. Es
esta una costumbre de control social muy arraigada en Bolivia y las dudas
planteadas aumentaron las sospechas sobre la transparencia de las elecciones.
Sin embargo, al final quedó patente que los escrutinios serían públicos y esta
Misión lo pudo así verificar en muchos de los recintos en los que estuvimos
presentes para esos momentos.
En muchos de
esos recintos, al momento del escrutinio, además de los representantes de los
partidos, apreciamos una importante participación de las autoridades
comunitarias, dirigentes sociales y sindicales. En ese ejercicio de control
social comunitario estuvieron atentos a la protección del proceso democrático
electoral participando, observando el conteo final.
INCIDENCIAS
Nos vemos
obligados como Misión a dejar constancia de dos cuestiones que nos han parecido
altamente relevantes y preocupantes.
1.- Depuraciones del censo. Sin ser de forma masiva, en la práctica totalidad de los recintos
electorales observados constatamos la existencia de ciudadanos y ciudadanas que
habían sido “depurados” del censo electoral, que no aparecían en aquellas mesas
donde en elecciones anteriores habían votado ni, en algunos casos, en aquellas
otras en las que se les había indicado tenían que hacerlo este 18 de octubre.
Esto último en razón del cierto desdoble de recintos electorales que se había
producido por motivo de la pandemia para evitar aglomeraciones. Reiteramos que
no ha sido masivo, pero si constante y en la práctica totalidad de recintos
visitados. Cinco personas en uno, ocho en otro, incluso hasta veinte en alguno
nos parece que es una incidencia que debería preocupar al Tribunal Supremo
Electoral. Además, fuimos informados por diferentes medios de depuraciones del
censo más grandes en lo que respecta a recintos en el extranjero, evidentemente
no observados por esta Misión, con especial gravedad en el caso de Argentina.
Para mayor gravedad, a estos ciudadanos y ciudadanas no se les daba razón
alguna de dicha depuración y perdían su derecho al voto.
Un hecho
objetivo es que hemos constatado estas situaciones más en las áreas rurales que
en las urbanas. No es nuestra responsabilidad y tampoco tenemos los datos
suficientes para hacer apreciaciones sobre las razones que pueden ser parte de
esta situación, pero creemos que debemos dejar constancia de ello para futuros
análisis.
2.- Presencia militar. Hemos señalado en este Informe Preliminar la total ausencia de
incidentes, la tranquilidad y normalidad con la que transcurrió la jornada. Por
eso no entendemos la gran presencia, no policial como sería lo normal en este
tipo de jornadas, sino militar en numerosos recintos electorales.
En la práctica
totalidad de esos espacios, nuevamente de forma más evidente en las áreas
rurales que en las urbanas, había una gran presencia del ejército. En traje de
campaña y con su armamento de corto y largo alcance suponían un innegable
factor de intimidación hacia la población al momento de poder ejercer su
derecho al voto. Más teniendo en cuenta el reciente protagonismo de estas
fuerzas militares en los graves acontecimientos de hace casi un año. Así nos
fue manifestado por diferentes testimonios de personas que se acercaban a los
puntos de votación, reiterando que esa presencia militar, condicionaba la tranquilidad
en la que debía de transcurrir la jornada. Manifestaban igualmente que la
presencia había sido sorpresiva y sin consulta o información previa, por lo que
aumentaban las dudas e incertidumbres de la población sobre el buen desarrollo
y finalización del proceso.
Consideramos que
esta labor debe de ser cumplida por las fuerzas policiales. Además, fuimos
testigos de grandes despliegues incluso desde la jornada precedente en los
centros de algunas ciudades como la propia ciudad de La Paz. Consideramos que,
a pesar de desconocer la razón exacta que pudiera haberse considerado para
llevar adelante estos despliegues, no podemos compartir su necesidad. Y
recomendamos que, en próximos procesos electorales, al igual que se hace en
otros países, las fuerzas militares permanezcan acuarteladas en sus recintos.
RECOMENDACIONES
Además de las
derivadas de los puntos anteriores, que tienen que ver con la revisión de
los censos electorales para propiciar la participación efectiva de toda la
población que así lo desee, sin que ésta vea cercenado su derecho al voto, y
con el acuartelamiento de las fuerzas militares, nos permitimos señalar,
alguna recomendación que respetuosamente dejamos a consideración de los
diferentes actores electorales, políticos y sociales de Bolivia.
Respecto a las
Misiones de Observación Internacional, queremos incidir en el hecho de la poca
presencia que observamos en el medio rural por parte de éstas. Consideramos que
es necesario hacer un esfuerzo por llegar a las comunidades indígenas
originarias y campesinas para poder tener una veeduría electoral lo más amplia
posible. Quedarnos limitados a los centros urbanos corre el riesgo de
proveernos de una observación parcial, reducida y altamente distorsionada que
se verá reflejada en nuestros posteriores informes. El caso de Bolivia es
además paradigmático en cuanto a la diversidad rural-urbano y esto es
importante quede reflejado en el trabajo de las misiones de observación.
Además de esa
visión integral del proceso, constatamos que la simple presencia internacional
en las comunidades refuerza el sentimiento y determinación por la participación
electoral. Sentimos el agradecimiento y complicidad de aquellas comunidades a
las que pudimos llegar el domingo 18 de octubre y, desde aquí y ahora, queremos
devolver a las mismas nuestra solidaridad y compromiso por acompañarlas siempre
que nos sea posible en futuros procesos.
En un plano
diferente, recomendamos profundizar la formación de jurados y
notarios/as electorales, especialmente respecto a su neutralidad durante el
tiempo de ejercicio de sus responsabilidades. También con el objetivo de poder
brindar mayor información a las personas electoras sobre cualquier duda y/o
aclaración que pueda ser necesaria para éstas. Todo ello con el objetivo de dar
un mejor servicio a la ciudadanía, evitar anulaciones de votos mediante
sencillas aclaraciones y que el electorado pueda ejercer su derecho al voto con
mayor facilidad.
Proselitismo
en la jornada. En un colegio de Santa Cruz, en las
últimas horas de votación, encontramos un candidato a diputado por parte del
partido político “Creemos”, con una importante comitiva. Nos manifestó que no
era ese su centro de votación y por lo que pudimos observar hacía un claro
proselitismo a favor de su formación política. En este caso, debería de haber
sido precisamente la fuerza policial y/o autoridades electorales quienes
denunciaran este caso, sin embargo, no ha sido así. Hacemos votos para que este
tipo de situaciones de abierto proselitismo político se observe con mayor
atención y no se permita su realización en futuros procesos electorales.
AGRADECIMIENTO
Como Misión de
Acompañamiento y Observación Electoral Indígena queremos cerrar este Informe
Final con nuestra felicitación a los 36 pueblos que conforman el Estado
Plurinacional de Bolivia. Mujeres y hombres que el pasado domingo, día 18 de
octubre de 2020, mostraron a Nuestra América y al mundo que Bolivia sigue
empeñada en ejercer sus derechos de forma pacífica pero firme, que quiere hablar
y ser oída, que quiere caminar junto al resto de los pueblos del planeta en
libertad, democracia y justicia social. Resaltamos en especial el papel
ejercido por el Pacto de Unidad de organizaciones indígenas originarias
campesina y nuestro agradecimiento a CLACPI y su representación en Bolivia.
Por todo ello,
no nos resta sino reiterar nuestro compromiso por llevar a nuestros pueblos y
países, a nuestros gobiernos e instituciones, incluidas las internacionales,
que Bolivia ha hablado en democracia a pesar de un contexto político muy
complejo y que esperamos, deseamos y
hacemos votos para que lo que las grandes mayorías de este Estado Plurinacional
de Bolivia han expresado en las urnas sea respetado.